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Suave... escuchando el ritmo de nuestro corazón.

Sereno... admirando el infinito cielo azul.

Reunidos... buscando consuelo en lo más profundo de nuestro ser.

Lo hemos aprendido durante el año desastroso que hemos dejado atrás, aunque muchas dificultades siguen presentes y nos acompañarán todavía durante un tiempo. El deseo de renacer es algo innato en el ser humano y resulta más fuerte que cualquier pandemia. Bolzano y sus alrededores ofrecen todo lo necesario para satisfacer esta necesidad: paisajes impresionantes para admirar, paseos por el campo o entre antiguas mansiones y castillos para regenerarse, arte y caminos espirituales para acariciar el alma. Y, como no sólo de espíritu y belleza se vive, comida genuina y ligera, con las hierbas y los espárragos que la primavera trae a nuestras mesas, y vinos excelentes, para saborear lentamente, dejándose encantar, por ejemplo, por el color rubí de un doc de Santa Magdalena: también esto es una forma de meditación.

Naturaleza y movimiento

Es indiscutible que el bienestar depende del movimiento, preferiblemente en espacios naturales, así que empecemos aquí mismo a despertar nuestras energías, y hagámoslo redescubriendo el contacto con la naturaleza, que en Bolzano en primavera estalla con todos sus aromas y colores más bellos, transformando las 130 hectáreas de espacios verdes públicos, los 52 jardines públicos y los 2.500 metros cuadrados de parterres cuidados por los Jardines Municipales en un mar de flores. Los históricos paseos del Guncina y Sant'Osvaldo y el paseo del Virgolo, ofrecen vistas inolvidables de la cuenca de Bolzano, los prados de Talvera, los paseos que los bordean y los senderos a lo largo de los ríos que atraviesan la ciudad y sus suburbios, ofrecen oasis verdes y playas de rio naturales. 50 kilómetros de carriles bici invitan a dar largos paseos en bicicleta. Desde Bolzano se llega sin demasiado esfuerzo a los caminos rurales entre manzanos y viñedos de la región de Oltradige y a los lagos de Monticolo (Appiano), en los que se refleja el encantador bosque circundante. La ruta de los castillos de Bolzano y alrededores, la ruta Castelronda, te invita a un viaje en el tiempo, pasando por fortalezas inexpugnables y residencias nobiliarias, en un espléndido itinerario que une la capital del Tirol del Sur vía Colonia (San Genesio) con Terlano. Y es precisamente en San Genesio, a pocos kilómetros de Bolzano, en el Monzoccolo, donde la primavera invita a largos paseos por 800 kilómetros de senderos señalizados, o a paseos en dóciles caballos rubios Haflinger locales, a través de prados de azafrán o salpicados de alerces cubiertos de un verde exuberante. Rutas de bienestar, yoga y meditación centran la oferta de esta zona turística, que ha hecho de la sostenibilidad y el bienestar de sus huéspedes su bandera. Como "bañarse en el bosque", o sumergirse en él, aprovechando sus propiedades beneficiosas para el cuerpo y la mente, como innovadora terapia forestal. En la misma línea se sitúa la extraordinaria oferta turística del Renon, otra planicie elevada (altoplano) situada a pocos kilómetros de Bolzano (al que también se puede llegar en el ultramoderno teleférico), donde se puede redescubrir la armonía y la serenidad con paseos guiados para descubrir hierbas silvestres, excursiones a lugares místicos con Karl Unterhofer, guía de naturaleza y paisaje, y paseos tras las huellas de Freud con el experto Francesco Marchioro, historiador del psicoanálisis y creador de la "Freudpromenade". No te pierdas los beneficios de la abejo-terapia, que aprovecha el poder terapéutico de la colmena, ni las excursiones para descubrir el pino de montaña y el aceite de pino piñonero, dos tesoros de los Alpes que tienen un efecto calmante, antiinflamatorio y expectorante de las vías respiratorias.

Interioridad y arte

Entre las muchas bellezas artísticas y arquitectónicas que Bolzano ofrece a sus visitantes, merece la pena concentrarse en algunos rincones quizás menos conocidos, pero que invitan sobre todo a la introspección, infundiendo calma y serenidad. Por ejemplo, gracias a las aperturas extraordinarias organizadas en colaboración con la Oficina de Turismo de Bolzano, podemos pasear por el claustro de los dominicos, con su precioso ciclo de frescos que decoran los arcos, realizado a finales del siglo XV por Friedrich Pacher y otros pintores. También podemos visitar el claustro de los monjes franciscanos, en la iglesia del mismo nombre, construida en estilo gótico a principios del siglo XIV y embellecida con un ciclo de frescos de la escuela de Giotto de los siglos XVII y XVIII. Encuentro, meditación y arte ofrecen también pequeñas joyas de la arquitectura eclesiástica, desde la pequeña iglesia de Santa Magdalena, con su posición panorámica sobre la colina vitícola del mismo nombre y con sus frescos del siglo XIV, hasta la pequeña iglesia de San Martino en Campiglio, de estilo románico tardío, consagrada en 1180, y cuyo interior está cubierto de valiosos frescos de la escuela de Bolzano del siglo XV. O acercarnos a la extraordinaria iglesita de San Giovanni en el antiguo núcleo de la Villa, probablemente la más antigua de la ciudad, conocida por su excepcional decoración pictórica realizada por artistas errantes de la escuela de Giotto.

Bienestar gracias a las abejas

Bienestar desde la colmena Costalovara, una aldea de Soprabolzano (Renon): aquí es donde Paul Rinner, apicultor de tercera generación, practica especialmente la apicultura sostenible y aprovecha su larga experiencia en la terapia apícola, es decir, la inhalación del aire de la colmena, la abejo-terapia. La Asociación Turística del Renon organiza visitas a su apicultura ecológica en primavera. Información e inscripción en la Asociación de Turismo: tel. +39 0471 356 100 o +39 0471 345 245.